viernes, 7 de agosto de 2009

¡Y pensar que todavía siguen pasando cosas así! (II)

¡Hola! ¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal el veranito? Yo bueno, la verdad es que como todos los años: en casa metido, con mi hermano. Es una pena, ya que mientras mis amigos se lo pasan bien en la playa, en el pueblo, o simplemente están trabajando, yo me tengo que fastidiar y quedarme en casa, me guste o no me guste. ¡Es una de las pocas cosas que no me gustan de ser hermano! Pero bueno, ya hablaré otro día más largo y tendido sobre este tipo de circunstancias veraniegas.

Hoy os vengo a hablar de nuevo de la intolerancia que mucha gente tiene con respecto a las personas con discapacidad. Desgraciadamente, es un tema que está a la orden del día, y la verdad es que es raro no ver día tras día muestras de intolerancia allá por donde vayas.

La que os contaré hoy tiene que ver con una excursión que organizó el Servicio de Apoyo a Familias de Talavera hace más o menos un mes, cuando nos llevaron a Los Jarales (un complejo de ocio al aire libre que está cerca de Talavera) a muchas personas con discapacidad y a familiares también. La excursión fue todo un éxito, nos lo pasamos muy bien y nos divertimos mucho, pero también hubo cosas malas.

Todo comenzó cuando nos instalamos en la piscina que había. Una piscina pequeñita que apenas cubría un metro y medio y en la que uno no se podía ahogar ni aunque quisiera xD. Bueno, el caso es que mi hermano y sus amigos se encontraban bañándose en ella, mientras yo tomaba el sol en la toalla, a ver si había suerte y pillaba un poco de morenito, cosa que por cierto no conseguí. A unos pocos metros de donde estaba yo se instaló una familia, que no venía con nosotros, una familia tipo, compuesta por los padres y dos niños jóvenes que tendrían entre 5 y 7 años. Ningún problema, a Los Jarales puede ir quien quiera (siempre que pague claro xD, y no hubiera pasado nada si los niños no hubieran sido unos capullos integrales.

¿Por qué digo esto? Pues veréis: resulta que, después de instalarse en un hueco que había, los niños se querían ir a bañar a la piscina para jugar y disfrutar del agua, pero al final no lo hicieron. ¿Por qué? No porque nadie les prohibiera entrar, ni porque hubiera avispas volando alrededor de la piscina, ni porque tuvieran miedo a hundirse al meterse. No. La razón por la que no se querían bañar era porque la piscina estaba "llena de tontos". Así como os lo cuento! Los niñatos estos miraron la piscina, vieron que se estaban bañando personas con discapacidad intelectual, y decidieron quedarse en la toalla tomando el sol. Y que conste que no me lo invento: yo mismo les escuché burlándose de las personas con discapacidad que se estaban bañando, "imitándoles", llamándoles "tontos" ... en definitiva parecía que les daba yuyu compartir piscina con ellos. Los pobres padres intentaban convencerles de que no pasaba nada y de que podían pasarlo bien de la misma manera, pero ellos, ni caso.

Y yo me pregunto, ¿quién es, en realidad más tonto? ¿Quién ha hecho una tontería mayor, las personas con discapacidad o estos niños? Vamos a analizarlo un poco:

Las personas con discapacidad han ido a Los Jarales a pasarlo bien, a divertirse, a bañarse, a jugar, y en definitiva, a estar con los amigos y la familia, sin meterse con nadie, sin molestar, sin ser desagradables y sin pegar a nadie. ¿Han hecho alguna tontería? Yo creo que no.

Los niños estos, van a Los Jarales a pasarlo bien, seguramente sus padres hayan tenido que hacer una reserva, pagarla, preparar las cosas, coger el coche, y hayan ido con la intención de pasar un buen día después de una dura semana de trabajo. Pero no se divierten, porque a los niños no les da la gana compartir piscina con un grupo de personas con discapacidad
Personas que, al fin y al cabo, no molestan, ni muerden, ni contagian nada. O sea, que no se divierten porque no quieren.
Si me dijeras que hay pirañas, o que el agua está sucia, o que alguien se ha meado, pues mira, no te bañas y está justificado, pero ¿no bañarse porque haya gente diferente a tí también bañándose? Dinero gastado, cansancio acumulado, padres enfadados, intenciones de pasarlo bien truncadas, y total, para no nada. ¿Estos niños han hecho alguna tontería? Para mí al menos está claro que sí: han hipotecado claramente su diversión por nada.

De verdad os lo digo, que no entiendo cómo puede haber gente tan tonta. No lo entiendo. Que haya gente que condicione su diversión a lo que haga otra gente a la que ni siquiera conocen. Y lo que es peor, tampoco entiendo que vivamos en la época de la tolerancia racial, sexual, y de género, y haya gente que aún crea que un autista o un síndrome de Down le puede contagiar el SIDA o algo así, en serio que me parece deprimente.

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